El Dólar: La Gran Estafa Norteamericana
1/29/20253 min read


El anuncio
Hace 51 años, 15 de agosto de 1971, el presidente Richard Nixon sacó a Estados Unidos del patrón oro. Hace 51 años, Estados Unidos admitió públicamente al mundo en un mensaje por televisión, que estaba oficialmente en bancarrota y no podía seguir manteniendo su promesa de intercambiar dólares por oro.
El final del patron Oro
El mundo se sumergió en un experimento monetario nunca antes visto, en donde todos los países estarían al mismo tiempo bajo un patrón fiat, con el dólar funcionando como moneda de reserva, a pesar de no tener ningún respaldo en metálico. Todo comenzó cuando finalizo la Segunda Guerra Mundial. Los países se reunieron en Bretton Woods para firmar lo que se conocería más adelante como el Acuerdo de Bretton Woods. De este acuerdo salieron entidades como el Banco Mundial y el Fondo Monetaria Internacional, pero más importante aún, Estados Unidos logró convencer al mundo de que respaldara sus monedas con el dólar, y que a su vez, el dólar estaría respaldado por el oro a una tasa de cambio fija de $35 dólares por onza. En ese entonces, tenía sentido para los países aceptar esa propuesta. Después de todo, Estados Unidos tenía casi el 70% del oro del mundo, era el país acreedor más grande del mundo, tenía enormes superávits comerciales con todos los países y era la única potencia industrial de pie. Estados Unidos era una verdadera potencia. Los demás países no tenían que tener oro en reserva, sino dólares. Y esos dólares podían invertirlos en bonos del Tesoro para obtener rendimientos, y lo más importante de todo: podían redimir esos dólares por oro cuando quisieran. Sin esta última característica, nadie jamás hubiera aceptado el trato.
La estafa
En el momento en que Estados Unidos convenció al mundo de usar dólares, comenzaron a abusar de este privilegio. Estados Unidos comenzó a ejecutar enormes déficits presupuestarios y comerciales. El viaje a la Luna. La Guerra en Vietnam. La Guerra contra la Pobreza. La Guerra contra las Drogas. La Gran Sociedad de Lyndon Johnson. Nada de esto hubiera pasado si no fuera por el estatus único del dólar como moneda de reserva mundial. Estados Unidos financió todos estos programas imprimiendo dólares. Comenzaron las dudas. “Estados Unidos está imprimiendo todo este dinero para financiar sus enormes programas, y no hay manera de que tengan suficiente oro en Fort Knox para respaldar todos esos dólares”. Muchos países comenzaron a intercambiar dólares por oro, especialmente Francia, y las reservas de oro de Estados Unidos comenzaron a desaparecer. En una medida desesperada, Nixon dejó en shock al mundo anunciando que Estados Unidos iba a incumplir con su promesa de intercambiar dólares por oro. “Pueden guardar sus dólares, o invertirlos aquí, o usarlos para comprar petróleo, pero no obtendrán oro de nuestra parte a cambio de ellos”.
El gran golpe
Luego del shock de Nixon, el dólar experimentó una década durísima en donde casi desaparece. El dólar perdió 2/3 de su valor frente a otras monedas, pero perdió a un más contra el oro, pasando de $35 la onza a más de $800 la onza. La inflación en Estados Unidos casi destruye al dólar, pero milagrosamente, aparecieron Ronald Reagan y el presidente de la Fed en ese entonces, Paul Volcker, para rescatarlo con medidas radicales tremendamente impopulares, como permitir que las tasas de interés suban a más del 20%. El dólar, hasta el día de hoy, sigue funcionando como moneda de reserva mundial, lo que le permite a Estados Unidos consumir sin tener que producir, endeudarse sin tener que ahorrar, importar sin tener que exportar e imprimir sin tener que trabajar. Todo esto terminará en algún momento. Los desequilibrios son cada vez mayores. Así como el dólar reemplazó al oro, el oro reemplazará al dólar y reclamará su justo y merecido lugar como reserva monetaria mundial. Nixon tenía razón: abandonaron el oro TEMPORALMENTE
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